Emiliano Kargieman, fundador de Satellogic, la empresa de nanosatélites que compite con la NASA, suele decir que “la mejor manera de predecir el futuro es inventarlo”. Kargieman se unió a colosos internacionales para cotizar en el Nasdaq la bolsa de las tecnológicas y Satellogic, que ya lanzó 17 satélites al espacio, quedó valuada en US$ 850 millones. En breve será el sexto unicornio argentino.
Su operación es un ejemplo de la globalización: los programadores están en Buenos Aires; parte del software se hace en Israel, y la fábrica se instaló en la zona franca de Uruguay. Kargieman sueña con rodear la Tierra con una constelación de 300 satélites. Pero no hubiese podido dar un solo paso sin el capital semilla que le aportó un fondo local con oficinas en pleno Palermo.
Marta Cruz, de 62 años, es una emprendedora curtida en las crisis argentinas. De trato suave y muy locuaz, esta egresada en Administración de la UBA habla de su afán de aprender en un hogar con una madre cuentapropista y un padre ferroviario. Luego de años alternando entre corporaciones le llegó la hora de cambiar el chip y junto a sus socios Ariel Arrieta, Alex Busse y Gonzalo Costa fundó NXTP Labs y NXTP Ventures en 2011, una aceleradora y un fondo de capital de riesgo.